Una de las mayores preocupaciones en todo el mundo es la creación de un empaque ecológico, que no dañe al medio ambiente, ni durante su fabricación ni al ser desechado como basura. Recientemente, alumnas de la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO) desarrollaron un empaque biodegradable a partir de almidón de avena.
Con este nuevo tipo de empaque se obtienen beneficios ecológicos, como una pronta degradación del material, que permite conservar las propiedades físicas, químicas y organolépticas de los alimentos.
El proyecto, denominado Biotecno, se encuentra orientado al recubrimiento de alimentos y empaques comerciales; de acuerdo con pruebas de laboratorio realizadas por el mismo equipo, este empaque cuenta con la característica de duplicar el tiempo de vida del producto alimenticio en anaqueles, gracias a las propiedades antimicrobianas presentes en el almidón de la avena.
Esbeydhy Oyuky Yescas, estudiante oaxaqueña y participante del proyecto, explicó que Biotecno comienza con su proceso de degradación después de cuatro meses, momento en que pierde sus propiedades físicas y químicas, mientras que los plásticos comunes tardan hasta 10 años en comenzar este proceso. Biotecno es un producto que, además de ser un conservador natural para alimentos, es amigable con el medio ambiente, ya que al momento de ser desechado cumple la función de poder ser 100 por ciento degradable.
Por su parte, otra participante, Marlen Hernández informó que mediante la fabricación de biopolímeros, desean frenar la producción masiva de polímeros sintéticos que causan graves daños al ambiente, específicamente a la ciudad de Oaxaca de Juárez, en donde pretenden disminuir hasta en cinco por ciento el uso de materiales sintéticos para el empaque de alimentos.
Dicha información se emitió a través de un comunicado de la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en el que ambas estudiantes manifestaron que el empaque Biotecno retrasa la oxidación enzimática de los alimentos, evita el desarrollo de hongos y bacterias, funciona como una barrera contra la humedad. Además, favorece a los productores locales de avena, quienes pueden generar un valor agregado para el cereal, que hasta ahora sólo se utiliza con fines alimentícios.
Datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático informan que los residuos plásticos conforman el 11 por ciento de la composición de la basura en México.