Cada año miles de personas mueren a causa de la contaminación en la atmósfera, 14,700 personas fue la última medida registrada, así como millones de casos de enfermedades respiratorias como asma, neumonía y enfisema pulmonar. La Secretaría de Salud SSA reconoce que la normatividad de contaminantes permitidos hasta ahora no ha contribuido a mejorar esta lamentable situación.
Diversos análisis indican que la exposición al material, partículas arrojadas al medio ambiente y a la capa de ozono pone en riesgo la salud de la poblacion y eleva el índice de mortalidad, principalmente en niños, así como las hospitalizaciones por enfermedades respiratorias.
Es por ello que la SSA lanzó una propuesta para modificar dos normas oficiales para disminuir las concentraciones máximas permitidas de ozono y partículas suspendidas, ambos son los elementos más perjudiciales a la salud humana. Sin embargo, los límites establecidos por la SSA aún se mantienen debajo de las regulaciones de los países de la Unión Europea o de los parámetros de la OMS.
La SSA indica que la exposición de ozono permitida en un plazo de 8 horas pase de .80 partes por millón a 0.70; mientras que las partículas suspendidas en un plazo de 24 horas deben pasar de 120 microgramos por m3 a 75. Con la aprobación de estas normas, los gobiernos estatales y las entidades industriales tendrían que tomar medidas obligatorias para reducir los contaminantes que emiten, por lo que habría que mejorar las políticas para el transporte público, incentivar el uso de vehículos no motorizados, depurar el parque vehicular, reducir los contaminantes que emiten las fábricas; hasta Pemex tendría que modificar la composición del combustible que utilizamos todos. La Semarnat tendría que revisar y modificar una serie de normas actuales para vigilar el cumplimiento de la normatividad.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Cofepris estima que el 50% de los alumnos que estudian en zonas donde las concentraciones de ozono rebasan los 0.130 partes por millón faltan por lo menos una vez cada 3 meses debido a afecciones respiratorias, mientras que los alumnos que habitan en lugares con concentraciones de hasta 0.050 provocan un 133% más de consultas por urgencia en casos de asma entre menores de 4 años de edad.
Según la Cofepris, implementar programas que mejoren la calidad del aire a nivel nacional tendría un costo de 7,798 millones de pesos en 2015, pero disminuirían más de un millón de casos anuales de infecciones respiratorias agudas, neumonía, bronconeumonía y asma, y se evitarían hasta 3,049 muertes por las mismas causas.
Aunque la SSA promete endurecer la normatividad de contaminantes atmosféricos, en gran parte de los estados mexicanos no se realizan las mediciones adecuadas; la dependencia reconoce que 40% de los mexicanos viven en zonas metropolitanas donde se realiza un monitoreo de la calidad del aire. Son 15 estados los que no cuentan con estas redes de monitoreo atmosférico, entre estos: Sonora, Sinaloa, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tamaulipas, Zacatecas, Tlaxcala, Coahuila, Querétaro y Colima. Sólo las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Toluca, Puebla, Tula, Tijuana, Ciudad Juárez y Mexicali miden los niveles de contaminantes a los que se exponen sus habitantes. De estos, sólo el D.F, Guadalajara, Monterrey y Toluca informan a la población el resultado de la medición de la calidad del aire.