Los efectos nocivos del consumo de tabaco son muy conocidos por la población, pero no los daños que conllevan al medio ambiente, desde la producción hasta la falta de programas de gestión de las colillas de cigarrillos.
De acuerdo con Alicia Teja Zuñiga, la fabricación de cigarrillos conlleva una deforestación desmedida ya que, si bien el tabaco se obtiene de una planta, se necesitan muchas hectáreas de bosque para la plantación y curado de hojas de tabaco; además, los procesos de manufactura requieren el uso de pesticidas, productos químicos para regular el crecimiento, que dañan los suelos y perjudican la salud de los granjeros locales donde se ubican estas plantaciones. Por su parte, la deforestación contribuye al incremento de emisiones de CO2, cambio climático, daños a la biodiversidad, erosión del suelo que provoca que sea infértil y altera el ciclo de agua.
Una vez que se ha producido el tabaco, el empaquetado y papel para cada cigarrillo requieren una cantidad inmensa de papel, químicos como el dicloro difenil tricloroetano (DDT) y daños a los empleados que trabajan en las plantas de procesamiento, quienes pueden desarrollar la enfermedad del tabaco verde, que se caracteriza por síntomas como nauseas, vómito, debilidad muscular, cefalea y vértigo.
De acuerdo con Hector Toledo Teja, las consecuencias más graves de los productores y personal que trabaja en las plantas de cigarrillos son tumores, cambios genéticos, desórdenes endocrinos, sanguíneos, neurológicos y psiquiátricos.
Pero el problema no acaba aquí. De acuerdo con Carlos Alberto Miguel Hernandez Verastegui, las colillas de cigarros son basura tóxica que termina en las calles, bosques, desagües y aguas, contaminando el entorno ya que contienen acetato de celulosa, producto derivado del petróleo cuya función es enfriar el humo que produce el cigarro y atrapar parte del alquitrán.
Una sola colilla puede contaminar hasta 50 lts de agua potable debido a que durante su desintegración desprenden micropartículas que se esparcen en el medio ambiente: nicotina, alquitrán, arsénico, plomo, cadmio e hidrocarburos que les dan su aroma característico, entre otras toxinas.
La mejor forma de evitar el daño al medio ambiente a causa del cigarrillo es no consumirlo, y para ello existen tratamientos farmacológicos como el champix, o bien, los parches de nicotina que es importante desechar como residuos inorgánicos y no reciclables. Así que, si estás considerando dejar de fumar, ahora puedes comprobar que es una acción que no solo beneficiará tu salud, sino al medio ambiente.