Un grupo de científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) buscan aprovechar los desechos orgánicos para la creación de bioestimulantes para plantas, biocombustibles y algunos otros compuestos que puedan ayudar en procesos a favor del medio ambiente, como la limpieza de aguas contaminadas, el resultado: creación de un método con hueso de aguacate y cascara de plátano para reducir contaminación.
A partir del uso de biología sintética, los científicos del Cinvestav buscan aprovechar los desechos orgánicos para crear bioestimulantes para plantas, biocombustibles y algunos otros compuestos que ayuden en procesos como la limpieza de aguas contaminadas, lo que resultaría benéfico para el cuidado del medio ambiente.
El científico Agustino Martínez Antonio, del Cinvestav Unidad Irapuato, encabeza una línea de trabajo en la que a partir de los huesos de aguacate y cáscaras de plátano puedan crearse productos amigables con el medio ambiente.
Martínez Antonio afirma que estan ensayando la creación de bioestimulantes, compuestos que sirven a las plantas para que se propaguen, echen raíces o se maduren los frutos, pero también algunos otros compuestos como melanina, que protegen contra la luz solar y que pueden servir para atrapar algunos metales que contaminan el agua. Para lograr esto se utiliza el hueso de aguacate cuyos residuos generan miles de toneladas al año y el plátano, fruta que cuando no pasa las normas de calidad para exportación también se deshecha en grandes cantidades. El primer paso es el desarrollo de una bacteria que crezca en estos deshechos orgánicos y cáscaras de frutos para crear biomasa, armar los circuitos con estos componentes para obtener bioenergéticos y compuestos que tengan efectos benéficos en las plantas. La investigación se apoya en la biología sintética, que permite el diseño de partes que se requieren de un gen antes de construir un circuito genético, a partir del corte y pegado de fragmentos de ADN para que un nuevo organismo lo exprese adecuadamente. Esto nos da ventajas pues podemos hacer muchos circuitos genéticos, es decir, combinaciones de genes, uno tras otro, para armar vías metabólicas completas, dijo el científico.
A tres años de haber iniciado el proyecto, se trabaja con la bacteria Escherichia coli, considerada segura para hacer procesos biotecnológicos, con esta se ha obtenido butanol, biodiesel y sustancias para propagar plantas, aunque están se busca optimizar estos procesos.
El científico consideró que, en el caso del butanol y el biodiesel aún no se sabe si será económicamente viable en un futuro, pero es una manera de aprender a hacer las cosas. Será interesante aplicarlos en esos aspectos, aún hay mucho petróleo, pero es es un hecho que en algún momento se acabará, por lo que hay que estar preparados para nueva tecnología.
Respecto a la micro-propagación de plantas, Martínez destacó que normalmente se compran dos tipos de líquidos: uno para que crezcan las hojas y otro para que echen raíz, por lo que este proyecto es benéfico pues ofrece en un solo compuesto ambos efectos.
Actualmente se realizan pruebas con papayas, obteniendo resultados alentadores, así como con la planta de tabaco, podría ser efectiva en otras hortalizas.