¿Qué niño no miró alguna vez un globo terráqueo e imaginó la capa de ozono como la cubierta de un gran globo azulado que abrazaba a la Tierra?
Es cierto que desde pequeños nos enseñaron a mirar el cielo y las nubes que lo poblaban, a dibujarlo y a iluminarlo imitando sus colores. También es cierto que poco a poco, al pasar de un grado a otro, en la escuela nos enseñaron que aquel manto, aquella telita que rodeaba al planeta tenía su nombre. “Se llama ‘capa de ozono’”, nos habrá dicho alguna vez la maestra de ciencias naturales o de biología.
Terminamos la primaria, la secundaria, nos graduamos. Pero, ¿sabemos bien a bien qué es la capa de ozono? ¿Cómo está conformada? ¿Qué funciones desempeña y ha desempeñado sin descansar un solo día desde nuestra niñez hasta nuestra edad adulta y mucho antes, incluso, de que apareciéramos en la Tierra? ¿Cuál es su importancia?
Pues bien, pese a imaginarla como un cristal firme que nos protege a la manera de una burbuja o una esfera, la capa de ozono está conformada por gases que se extienden sobre la parte exterior de la atmósfera, creando una capa que brinda protección a la superficie de la tierra y evitando la entrada de la radiación ultravioleta que, de otra manera, nos llegaría directamente del sol.
Así pues, podemos imaginar que su daño o su deterioro debido a la contaminacion tiene repercusiones terribles en nuestro cuerpo, como el cáncer en la piel, pero además también otras consecuencias como el daño a los hábitats y ecosistemas.
No obstante, hay personas que no olvidaron la fascinación que despertó en ellos durante su infancia aquella telita casi transparente que les representaba la capa de ozono y ahora en la madurez o en la edad adulta han decidido poner todo su empeño para salvarla.
Así se crearon organizaciones que desarrollan proyectos como el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) que pretende evitar el adelgazamiento de la capa de ozono. Por ello participó en la negociación del Convenio de Viena sobre la Protección de la Capa de Ozono llevado a cabo en 1985.
Desde entonces su labor continúa, elaborando protocolos, enmiendas y administrando todos estos acuerdos. Gracias a ello, año con año la cantidad de compuestos combinados que agotan la capa de ozono han ido disminuyendo paulatinamente. Y, de llevarse a cabo el “Protocolo de Montreal”, se espera que la capa de ozono se haya regenerado completamente a mediados del siglo XX.