Hoy en día se requiere más que nunca la introducción de nuevos valores medioambientales y de conciencia social que puedan hacer frente a los problemas de consumo desmedido y sobreproducción que aquejan al mundo. Todos ellos son principios básicos que el capitalismo ha promovido activamente, como la producción excesiva que supera por mucho la demanda.
El objetivo de las Ecoescuelas que han sido difundidas por la Fundación Europea por la Educación Ambiental es educar nuevas generaciones que posean esta clase de valores y los afiancen y desarrollen en el futuro. Esta fundación creó, por ejemplo, en 1982 una bandera, la bandera azul de Europa, que se otorga como premio a las playas con mayor calidad ambiental.
Uno de los institutos que ha entrado a formar parte de este programa es el colegio rural Sierra Oeste de Zaralejo, en donde desde tiempo atrás se ha puesto en práctica la enseñanza de estos valores gracias a programas de la Comunidad de Madrid (CAM) y de su personal del centro Arboreto Luis Ceballos. Además el colegio ha decidido convertirse en Ecoescuela a partir de este año. Con la inclusión de este nuevo colegio sumarán 23 escuelas en Madrid y 161 en toda España, cifras que convierten a esta nación en el sexto país de Europa con el mayor número de ecoescuelas, y detrás de países anglosajones, Alemania y Suecia.
Para convertirse en Ecoescuela es necesario atravesar un proceso que dura tres años. El primer año comprende principios elementales de consumo como reducción, reciclaje, etcétera; el segundo año se centra en el manejo de los recursos hídricos; y en el tercero en el uso de los recursos energéticos.
Los colegios que se convierten en Ecoescuelas mantienen el plan de estudios regular y es a través de juegos didácticos diseñados para los niños de cada edad que asisten a estos colegios que se logra formar esta conciencia sobre el cuidado al medio ambiente desde los primeros años.
Los planes incluyen juegos como aquel del pañuelo en su modo reciclaje para mostrar a los niños la importancia de cuidar el medio ambiente, y luego los propios niños son quienes transmiten a sus padres lo que aprenden en los colegios. La ventaja de la enseñanza ecológica en los ambientes rurales es que los niños ya se encuentran de antemano familiarizados con el estado natural de las materias primas y, por ello, son más conscientes de lo importante de preservar la naturaleza y los recursos naturales.